Método híbrido

Antes de seguir leyendo es importante que sepas que lo que hay a continuación es para ti tanto si eres un principiante en esto del entrenamiento, como si ya eres más avanzado. Da lo mismo el nivel que tengas. Lo que está claro que a nadie le gusta quedarse a medias. Cuando la temperatura está a 200 ºC, lo suyo es que termines la faena, ¿no? No vas a dejar el horno precalentado para no meter la pizza después.

Te cuento esto porque la mayoría de gente que entrena: o hace cardio, o hace fuerza. Y lo que es peor, cree que no se pueden entrenar las dos capacidades físicas a la vez. Que son más incompatibles que una persona con alopecia y un champú anticaspa. Pero si solo entrenas fuerza y dejas de lado la resistencia estás dejando de lado toda la parte cardiovascular y respiratoria. Puedes querer estar muy fuerte, pero no queremos que seas una persona fuerte asfixiada. Porque, además, eso va a limitar tu progreso, te lo aseguro. Y viceversa.

Puede gustarte entrenar resistencia, pero no queremos que salgas volando cuando sopla el viento. Además, entrenar fuerza te hará rendir mejor. Por supuesto, esta es una versión exagerada de la historia. Pero si no entrenas fuerza puedes tener futuros problemas de osteoporosis, artrosis y un largo etcétera. Así que mejor que tengas unos músculos y huesos bien sanos, con el corazón y los pulmones como recién comprados.

En este libro no solo te enseño que sí se pueden mezclar la fuerza y la resistencia, sino que te cuento cómo hacerlo en condiciones y cómo programar tu entrenamiento para conseguir tu objetivo. Objetivo que puede ser mejorar tu salud por lo que te contaba más arriba, fines estéticos como perder grasa y aumentar tu masa muscular y/o, por último, potenciar tu rendimiento en el caso de que entrenes diferentes modalidades como la carrera, la natación, el ciclismo, deportes de equipo, opositores…